TERTULIA
A pedido del Director, se sube este texto del cual se pide lo siguiente:
CUESTIONARIO PARA RESPONDER POR CADA DOCENTE LUEGO
ENVIE SUS RESPUESTAS AL CORREO DEL PROF. EMILIO: eacunar@claretiano.edu.pe
1.-EXTRAIGA
LAS PRINCIPALES IDEAS O APORTES DE LA LECTURA.
2.-CÓMO
SE APLICARÍAN EN ELPERIFÉRICO
REICE.
Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación E-ISSN:
1696-4713 RINACE@uam.es Red Iberoamericana de Investigación Sobre Cambio y
Eficacia Escolar España Bolívar
Botía, Antonio Reseña de "Innovar en el seno de la institución
escolar" de M. Gather Thurler REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad,
Eficacia y Cambio en Educación, vol. 2, núm. 1, enerojunio, 2004, p. 0 Red
Iberoamericana de Investigación Sobre Cambio y Eficacia Escolar Madrid, España
Disponible
en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55120118
TERTULIA:
Estimo
un acierto la edición castellana de esta obra, que ya contaba con una
portuguesa (Inovar no interior da escola, Porto Alegre: Artmed, 2001), de la
profesora Monica Gather de la Universidad de Ginebra, porque formula una
conceptualización de la innovación y el cambio más rica y apropiada a nuestras
realidades, al conjuntar los estudios americanos con los planteamientos
francófonos y europeos. No es vano la autora colaboró con el malogrado Michael
Huberman, que desempeñó un papel de primer orden en la introducción de la
teoría de la innovación en Europa, al que acaba de dedicar un libro de homenaje
coordinado junto a J.-P. Bronckart (Transformer l´ecole. Bruxelles: De Boeck,
2004).
Una
reflexión sobre el cambio actual ha de partir, como hace la autora en la
primeras páginas, de que "la experiencia de los últimos treinta años
demuestra que ninguna estrategia aplicada ejerce una verdadera influencia sobre
las prácticas pedagógicas" y que, incluso, innovaciones que inicialmente
fueron bien recibidas por los docentes "nunca han llegado a formar parte
de las aulas ni de las prácticas". En esta situación, ante el fracaso de
las políticas centralizadoras, el centro escolar se ha constituido en el nudo
estratégico del cambio planificado, dado que las dinámicas innovadoras tienen
inexcusablemente que generarse o pasar por el. Además, habrá que reimaginar
nuevos caminos que conecten más decididamente la acción a nivel conjunto de
centro con la mejora de la enseñanza y aprendizaje a nivel de aula. El libro de
Gather Thuler plantea las condiciones en las que la institución escolar puede
convertirse en nudo estratégico para una innovación en la educación, lo que le
lleva a analizar y describir, en sucesivos capítulos, las lógicas de
organización del trabajo, las relaciones profesionales de cooperación, la
cultura escolar e identidad colectivas, los proyectos de acción, el liderazgo y
formas de ejercer el poder, y la escuela como organización que aprende, para
finalizar con un capítulo conclusivo sobre cómo salvar la paradoja de cambiar
la escuela cambiando las instituciones.
La
clave del cambio es el significado que éste tenga para los docentes. En la
construcción de dicho significado juega un papel de primer orden la cultura del
centro escolar que, en último extremo, va a determinar el rechazo, adaptación o
desarrollo de la innovación. De ahí la necesidad de dispositivos que generen
una ecología favorable al cambio, en caso contrario, señala, "según el
estado de las instituciones escolares y de sus respectivas culturas, puede
preverse que algunas reformas estén condenadas al fracaso antes incluso de
haberse iniciado". Si los centros escolares se encuentran situados entre
la lógica de acción burocrática y la profesional, cuya estabilidad impide la
innovación, se trata de ceder el paso a lógicas organizativas más flexibles y
autónomas que induzcan el compromiso y la responsabilidad colectiva en la
mejora.
Esto
le conduce a un fino e interesante análisis de las culturas profesionales
(individualismo, fragmentación, gran familia, colegialidad obligada y cooperación
profesional). Si bien una cooperación profesional es deseable, no es una
empresa fácil mantenerla, por la ruptura que supone con las representaciones
asentadas de la identidad profesional. Al tiempo, en un lúcido análisis, señala
las ventajas, inconvenientes y posibilidades, para concluir que
"para conseguir que los docentes construyan el significado del cambio, no
vale sólo con que haya una cultura de cooperación".
La
salida para la innovación, en los tiempos que corren, es inscribirla en la
acción del centro como proyecto en desarrollo, más que como "proyecto de
centro" (documento), que se ha hecho por parte de las reformas recientes
en los países occidentales. Esto supone un conjunto de condiciones y procesos
que lleven a los actores a constituirse en un proyecto común de trabajo. El
papel de la política educativa es crear los dispositivos, competencias, apoyos
y medios que permitan a los centros desarrollar sus proyectos, al tiempo que
velar (por algún tipo de contrato) por su cumplimiento y asegurar la equidad en
la educación de la ciudadanía.
El
proceso de cambio en un centro exige un liderazgo compartido
("cooperativo", lo llama también) entre todos los miembros, que
contribuya a capacitar al personal en la mejora, al que dedica un capítulo. Los
enfoques gerencialistas, que otorgan el poder a la dirección, no contribuyen en
crear las condiciones para transformar las prácticas de la organización. Un
centro docente profesional más preparado, que quiera promover un proceso de
aprendizaje como organización, exige el liderazgo múltiple del profesorado,
convirtiendo el centro escolar en un lugar de aprendizaje, que capacite a los
propios profesores para tomar decisiones informadas. Este conduce a la autora a
dedicar el penúltimo capítulo a "la institución escolar como organización
que aprende", vinculando el desarrollo profesional basado en el centro y
el desarrollo del centro como organización.
Si
bien hay que alentar las dinámicas autónomas de los centros, el peligro actual
es que nos aboque a un escenario fragmentado, funcionando según la lógica del
mercado. Por eso, Gather Thuler defiende, al tiempo, la necesidad de control
por parte de la administración educativa, en un "equilibrio"
inestable entre el movimiento hacia una autonomía relativa, al servicio del
desarrollo de las instituciones escolares, y el mantenimiento de políticas
educativas que garanticen el bien público y la equidad. Debilitar la burocracia
sin caer en una desrregulación es, en efecto, nuestro reto actual. Pero
también, desengañados de que la política pueda promover el cambio por reformas
decretadas, sólo cabe, como vía para cambiar la escuela, cambiar las
instituciones escolares. El libro, dice la autora en las páginas finales, Ha
puesto de manifiesto los seis aspectos del funcionamiento de una institución
que modifican su relación con el cambio: la organización del trabajo, más o
menos burocrática; las relaciones profesionales, más o menos cooperativas; la
cultura y la identidad colectiva, lleve o no a un tratamiento de los problemas;
la capacidad más o menos consolidada para proyectarse colectivamente en el
futuro; un liderazgo y una manera más negociada y participativa de ejercer el
poder; una capacidad más o menos marcada de funcionar como un entorno de
construcción de competencias y una organización de aprendizaje ( pág. 181).
El
cambio consiste, pues, en hacer evolucionar las culturas de las instituciones
escolares, para que sean organizaciones que se desarrollan y aprenden, con
estas directrices, según la autora: trabajar la propia concepción de la
cultura, aprender de la experiencia por la reflexión y el debate, aprender a
negociar y a conducir los procesos de cambio, fomentar la cooperación
profesional para conseguir la responsabilidad compartida, tomarse tiempo y dar
tiempo al tiempo, aprender a exigir y a rendir cuentas, desarrollar una nueva
visión de la autoridad y el poder, orientarse hacia un nuevo paradigma del
cambio.
Se
echa en falta una reflexión sobre cómo conectar los cambios a nivel de centro y
la mejora de los procesos de enseñanza-aprendizaje en el aula. Estando de
acuerdo en que el centro se ha constituido en el núcleo de la innovación, los
cambios en estructuras organizativas han de ser aquellos que incidan
directamente en la mejora a nivel de aula y no, como en numerosas ocasiones ha
sucedido, en variables remotas. Es verdad que, desde una dinámica entre
niveles, el buen hacer docente en el aula no se mantiene sin una coherencia
horizontal acorde en el
centro, ni éste sin una política que incite y apoye. Sin haber generado una
capacidad interna de cambio (como puso de manifiesto el movimiento "mejora
de la escuela") los esfuerzos innovadores de los profesores están
condenados a quedar marginalizados. Al respecto, la autora no entra en
estrategias específicas que permitan construir dicha capacidad. Pero también,
los esfuerzos de mejora se han de dirigir a la enseñanza y traducirse en
incremento de resultados, entendidos en sentido amplio, como puso de manifiesto
el movimiento de "eficacia escolar". El reto, como pretende nuestra
Red, es conjuntar ambas direcciones e implementarlas en líneas de acción
productivas. Para este fin, la lectura de este libro da lugar a reflexiones y
sugerencias relevantes.
Por
último, para ampliar información, Mónica Gather Thuler pertence al Equipo
Instituciones escolares et practiques pédagocas, que dirige Philippe Perrenoud,
en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de
Ginebra, que a su vez forman parte, con otros investigadores, del Laboratorio
de Investigación Innovation-Formation-Éducation (LIFE). Se pueden consultar,
con abundante y actualizada información, sus respectivas páginas web en http://www.unige.ch/fapse/SSE/teachers/pe