viernes, 23 de diciembre de 2016

Incendio!!


Incendio en Gambetta

Viajar diariamente a Pachacútec suele ser toda una experiencia. Para empezar, cualquiera sea la ruta que tomes ten la certeza que en esta temporada te llevará el doble o triple de tiempo llegar a tu destino. Eso, si logras subir a un carro que no esté como siempre rebalsando pasajeros. Por eso, lo que te contaré es probable que no llame tu atención porque ya has visto de todo: desde el ratero que bolsiquea a los pasajeros cerca a las puertas mientras sus compinches, uno junto a la puerta impide el paso y otro detrás del incauto lo distrae empujándolo porque "quiere bajarse". O los pasajeros (jóvenes o adultos) que apenas suben se hacen los dormidos (o se duermen de a verdad) para no darle el asiento a sus mayores o a las señoras embarazadas, ancianas o con hijos. Los enamorados que sin roche chapan en todos los estilos sin importarles los prójimos y prójimas cercanos (y menos los niños que observan el espectáculo). Las parejas que discuten, aquellos que se agreden, los choferes que pelean con sus cobradores, los cobradores y choferes que pelean contra otros choferes y cobradores, insultos de todos los calibres, vendedores de casi todo, mendigos reales y de los "bambas", aquellos que acaban de salir del penal, necesitados para operar a sus familiares o para comprarles medicinas.... La lista como sabes es interminable. 

Supongamos que ya subiste y vas de pie o sentado. El carro avanza por Faucett y ya desde el aeropuerto observas una enorme nube oscura que se extiende por el horizonte como una nube de tormenta. Cuando el bus avanza hacia Gambetta y llega al Óvalo Cantolao lo que era una suposición es ahora una certeza: innegablemente se trata de un incendio, un enorme incendio cuya humareda es llevada hacia Pachacútec, oscureciendo el cielo de Cantolao, 200 Millas, Angamos y Márquez. Tu curiosidad te lleva hacia la ventana y ves que la columna de humo alcanza fácilmente unos 500 metros o más. Y no puede ser menos porque lo mides comparándolo con el descenso de los aviones que bajan hacia la pista cruzando la enorme nube.

Si tienes internet te enteras por RPP, Capital u otros medios que lo que se está quemando es un camión cisterna cargado de aceite industrial dentro de una fábrica, para unos clandestina, para otros abandonada. Eso es lo de menos, lo que realmente importa y es verdaderamente preocu´pante es que esa nube es de humo altamente tóxico.

Pero tu cansancio, luego de ocho horas de trabajo y las tres horas que te toman llegar hasta tu casa de Rázuri, Profam, Nuevo Pachacútec, Olaya u otro sector te vence y caes dormido. Te despertarás llegando para bajarte con las justas y llegar al colegio. Si te acuerdas, contarás lo que viste.

Al día siguiente la nube de humo tóxico fue llevada hacia San Miguel y el Callao, oscureciendo por horas los cielos de esos distritos.








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